¡Bien! Vacaciones de verano. Estoy en la playita. Me estoy bañando en el mar, mientras mis padres están cuidando la sombrilla y la bolsa. Mi hermano está muy pesadito: no para de tirarme agua a la cara; y con el asco que me dan las algas, me las pone en el pelo. Huyendo de él , piso unos cristales metidos en círculos. Y me corté el pie mientras me agachaba par ver qué eran. Eran unas gafas que parecían haber estado enterradas en el fondo durante cincuenta años.
Antes de ir a la enfermería, me metí las gafas en el bolsillo del bañador. Pero cuando llegué...¡el corte había desaparecido!
- Papá, se me ha curado - les dije entusiasmada.
- Anda, hija, no digas tonterías y enséñaselo a la doctora.
- No, papá, va en serio. No está - dije, mientras le enseñaba a mi padre el pie.
- Pues no es mentira. Se habrá curado con el agua del mar - dijo mi madre.
Al llegar a casa, estuve observando cada milímetro de las gafas. Lo raro es que no tenían patillas sino dos anguilas disecadas. Uno de los cristales estaba roto ¡Debí de haberme cortado con eso!
Al tocar las "patillas", se llenó toda la habitación de polvos verdes que olían a mar. De repente, apareció un hombre azul, saliendo del cristal roto.
- Tienes cinco deseos, que deben ser para hacer de la Tierra un lugar mejor. Si pides un deseo malo, volveré al lugar de donde he venido y nunca más habrá paz en el mundo. Tienes dos horas para pensarlo.
¿Qué es esto? - pensé-. Algo muy, muy raro...pero quiero la paz en el mundo, así que lo pensaré.
Una hora y treinta y siete minutos después....
- ¡Genio! Ya tengo los cinco deseos pensados: el primero es que deje de haber pobreza; el segundo, que no haya violencia de género; el tercero, que todos reciclemos; el cuarto, que haya educación para todos los niños; y, el quinto, que todos seamos felices.
- Bien, has cambiado el mundo. Te beneficiará en el futuro.
Iciar Conde 2015.
Como mola Nuria todavía no lo he leído pero ahora lo áre
ResponderEliminarGracias,Nuria.
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